Algo tan intemporal como llevar un equipo se está complicando de una temporada acá.
La sencillez de ser jefe ayer contrasta con lo complejo del entorno de hoy en día. Una sensación que describía con claridad un pequeño «Manual de formación de directivos en pequeñas empresas» que leía la semana pasada.
El hombre de negocios de ayer necesitaba tan solo tener el valor para tomar decisiones acertadas y el conocimiento de la situación económica del mercado; el de hoy -usted mismo- tiene que ocuparse de todo ello y además de los problemas creados por un mundo cuya tensión crece constantemente (…)
Así pues, hoy más que nunca el comportamiento de la dirección con el personal que tiene a sus ordenes, es vital para la vida de la Empresa»
Certero: la complejidad del entorno, la importancia de la necesidad de ajustar las conductas de la dirección a los colaboradores…
Aún así, si has notado un cierto sabor añejo en la redacción tienes razón.
Te voy a dar alguna pista más:
… un mundo cuya tensión crece constantemente por sus habitantes cada vez más exigentes y por la guerra fría entre dos ideologías políticas.»
Efectivamente ya en el año 1954, cuando escribieron el manual existía una sensación de incertidumbre, de cambio, de volatilidad…
Ya, pero sigo pensando que ahora es más difícil
Volvamos al año 2018. Es posible que la sensación que tengas sea similar a la que tenía mi padre cuando estudió ese manual en la década de los 60. La diferencia, lo que está dotando de más intensidad a la gestión de personas es el contexto tecnológico y demográfico en el que estás desarrollando tu trabajo.
Estamos en lo que la jerga empresarial define como un entorno VUCA, un acrónimo formado por las palabras volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.
- V – Volatilidad: celeridad, los cambios tienen lugar con tanta rapidez que somos incapaces de seguirlos. La realidad es mudable, inconstante. Una foto de la realidad deja de tener validez al instante de haberla realizado.
- U – Incertidumbre (Uncertaity): no es posible predecir nada. Los acontecimientos llegan y nos sorprenden. Una acción no genera necesariamente una reacción conocida. El conocimiento claro y seguro ha desaparecido y nos movemos con la constante sensación de que podemos errar en nuestros juicios y comportamientos.
- C – Complejidad: son tantos los aspectos que inciden en el contexto, las fuerzas que entran en liza y los participantes que toman parte del juego que sólo vemos confusión. Es como intentar mirar una enorme y sofisticada maquinaria fabricada con una tecnología que desconocemos.
- A – Ambigüedad: no somos capaces de entender la realidad por que puede ser comprendida o interpretada de múltiples maneras. Todos podemos opinar con la certeza de que tenemos razón y al mismo tiempo nos equivocamos.
Estamos viviendo una auténtica transformación económica, social y cultural que podría ser asimilable a las revoluciones del fuego hace 700.000 años, a la de la rueda hace 4.000, a la de la imprenta hace 500…
… con la nada sutil diferencia de que entonces entre cambio y cambio transcurrían miles, cientos de años mientras que ahora lo estamos viviendo en décadas, en lustros, en años.
Vivimos en un mundo en el que la tecnología es asequible y ubicua -y con ella la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, en cualquier momento-, las ciudades se convierten en los nuevos países, la multi-culturalidad es un hecho, aparecen nuevos valores sociales y personales, existe una brecha generacional como no ha habido desde la llegada del Rock´n Roll, tu reputación llega a lugares donde jamás habrías soñado… Y todo ello comprimido en un periodo de tiempo ridículo desde la perspectiva de la historia de la humanidad.
En este nuevo entorno se están creando nuevos retos para los futuros líderes: el tele-trabajo, la multi-culturalidad, la gestión del compromiso y la confianza, la reputación digital de las organizaciones como empleadores, los nuevos medios de comunicación, la gestión de equipos virtuales, el trabajo con colectivos sub-contratados, el conflicto entre el estrés y el bienestar, los equipos auto-gestionados, la convivencia de generaciones con valores distintos, la creciente brecha entre la realidad laboral y la legislativa, la prolongación de la edad de jubilación, equipos transversales, robotización y automatización, desaparición de puestos de trabajo… y más que no soy capaz siquiera de imaginar.
De modo que tienes razón, el liderazgo, la gestión de personas no puede ser igual. Necesitas revisar tus antiguas herramientas y comenzar a buscar otras nuevas para moverte en este nuevo entorno. Y esta es la idea que mueve precisamente a este blog.
Un último guiño
Por cierto, ¿Sabes cuando y quién creo el concepto VUCA? Fue el U.S. Army War College para describir la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad en la que el mundo se lanzó durante la época de la Guerra Fría. Da que pensar, ¿No?
Posiblemente cada nuevo cambio, cada revolución fue VUCA para aquellos que la vivieron. Ahora simplemente le hemos puesto un nombre para vivir la nuestra, la de la tecnología y el conocimiento.
Tu que opinas ¿Cómo está viviendo esto?¿Hasta que punto está afectando tu manera de gestionar a tu equipo?
5 comentarios sobre “Jefes VUCA”